Viveiro, cuyo topónimo deriva del latín Vivarium, en relación
con la probable existencia de viveros de plantas. Municipio de la provincia
de Lugo antiguamente perteneció a la desaparecida provincia de Mondoñedo
a cuya diócesis sigue perteneciendo hoy. Población costera cuyas
límites geográficos son: Al Norte, el mar Cantábrico
y el Concello de Vicedo; al Sur, Ourol y Valadouro; al Este, el Concello de
Xove y al Oeste, Vicedo. Físicamente este municipio se caracteriza
por combinar las zonas planas y amasetadas (Ourol, Bravos) con las zonas elevadas
y rocosas (A Gañidoira, san Roque, Pena do Galo), en parte debido a
la falla terciaria que lo recorre y que así mismo orienta el valle
del Landro y la ría de Viveiro.
Esto hace que la vegetación sea variada, así en las zonas altas
predomina una vegetación son árboles propia de climas húmedos,
como brezo, retamas, juncos y otras plantas de reducida hoja; las vertientes
del valle están cubiertas de pinos, carballos, eucaliptos,... y ya
el propio valle se dedica al cultivo.
Se da pues en Viveiro un clima oceánico donde lo más característico es la pluviosidad la cual aumenta a medida que nos acercamos hacia el interior, siendo los meses más lluviosos los de noviembre y diciembre; a pesar de todo los inviernos y veranos se caracterizan por tener un clima suave con temperaturas que oscilan entre los 9 y 20 grados.
Hidrográficamente, el municipio viene marcado por el río Landro que nace en la Pena del Mistral y poco a poco a su paso por el valle se va ensanchando hasta desembocar en la ría de Viveiro.
El Ayuntamiento de Viveiro se extiende por una superficie de 125 Km. cuadrados y comprende las siguientes parroquias: Santa María de Viveiro y Santiago de Viveiro, estas dos en el casco urbano de la Villa, San Andrés de Landrove, San Pedro de Viveiro, Santa María de Galdo, Santa María de Magazos, San Ciprián de Vieiro, San Juan de Covas, Santiago de Celeiro y San Julián de Faro.
Económicamente, la Villa viene marcada por la importancia de la pesca y la ganadería, de las cuales vive la mayor parte de sus habitantes.
Destacar el puerto de Celeiro ocupando a nivel gallego un puesto importante en cuanto a capturas.
La historia de Viveiro se remonta a los siglos XI-XII, cuando se creó su actual emplazamiento, con categoría de villa; a partir de ahí Viveiro asume algunas funciones urbanas, principalmente las referidas al tráfico comercial que hasta entonces desempeñaban otras poblaciones del valle situadas a la orilla del Landro. Estas funciones urbanas las demuestra su plano típicamente medieval (hoy en día aún se conserva parte de la muralla y tras de sus seis puertas, siendo la de Carlos V, erigida en el año 1554, la más emblemática de la villa) en cuyas calles se daba una especialización gremial de las actividades económicas, de hecho las profesiones más nombradas en documentos posteriores a los siglos XII-XIII, son las de zapateros, sastres, carpinteros,… En el siglo XVI existían en Viveiro cuatro gremios:
1. De Mareantes, cuyo patrón era San Luis, obispo de
Tolosa, su capilla estaba en la iglesia de San Francisco y celebraban su fusta
en varios días del año.
2. De carpinteros, Canteros y Herreros, cuyo patrón era el Espíritu
Santo y su Capilla estaba en la Iglesia de Santa María.
3. De los Zapateros y Curtidores, su Patrono era San Bartolomé cuya imagen
se veneraba en la iglesia de Santiago.
4. De Sastres, Tejedores, Tundidores y Cordoneros, que formaban la cofradía
de la Santísima Trinidad. Su capilla y cultos pertenecían a la
iglesia de Santiago de donde se trasladó su pequeña imagen gremial
a la conventual de San Francisco.
Actualmente algunas de las calles de Viveiro siguen siendo conocidas por el nombre del gremio que antiguamente albergaba, como por ejemplo la Calle de la Zapatería, Carnicería, Herrería, etc.
En la Edad Media, la villa de Viveiro ya se destacaba por encima de otras villas gallegas, debido a sus relaciones comerciales y sociales con otros pueblos, esto hace que en la Villa sobresalgan unas familias más que otras y serán las que desde los tiempos de Don Pelayo, el cual concedió grandes privilegios a la villa, estuvieron representadas por los llamados “Cuatro Linajes", en un principio formados por varones de apellidos: Alfeirán, Vizoso, Gallo y Paez de Cora; con el tiempo a estos cuatro linajes se añaden otros ilustres apellidos como Quirós, Pumariño, Pardo de Cela, Montenegro, Osorio, etc. Esta pequeña nobleza ejercía un control casi total sobre el Concejo, pues ellos tenían el privilegio de elegir cada año juez, escribanos y todos los demás oficios del municipio.
Por el real decreto concedido en Aranjuez por la reina María Cristina el 30 de junio de 1891 se dieron a Viveiro los títulos de Muy Noble y Muy Leal Ciudad y a su Ayuntamiento el de Excelencia. Su escudo de armas está formado por un león rampante coronado de oro, insignia de la nobleza a cuyos lados están las cinco custodias de oto o Sacramentos con la hostia patente, así se alude a su fervor religioso; bajo ellos un puente con cinco arcos ojivales, al timbre corona real cerrada.
Fuente:"La imaginería religiosa en la Semana Santa de Viveiro".M. Begoña Fernández García